Si algo ha marcado el año que acaba de finalizar para la industria del packaging, condicionando también el futuro próximo, es la sostenibilidad. El sector afronta un periodo revolucionario que trasciende de su particular dinámica y que encuentra su razón de ser en aspectos vitales para el devenir de la sociedad como son el cambio climático, la transformación en la pirámide de población o la búsqueda de un nuevo modelo productivo basado en la circularidad. Todos estos cambios afectan de una manera muy profunda al envase, con los grandes operadores de gran consumo replanteando sus estrategias en torno al packaging y un mercado que tendrá que empezar a afrontar los primeros problemas que se vislumbran para alcanzar los ambiciosos objetivos que se plantean para 2030.
* Los primeros pasos del reciclado químico. La realidad es que la obsesión por la sostenibilidad tiene su epicentro en el plástico. Los ingentes volúmenes de polímeros que se consumen actualmente, que prometen duplicarse en los próximos años, unido a la mala gestión que se hace de sus desperdicios (la aparición de plásticos en entornos naturales protegidos y amenazando ecosistemas) ha sido la clave para entender el rechazo social que actualmente genera. La propia industria ha sido la primera que ha reclamado un cambio en la forma en que se gestionan los residuos posconsumo, solicitando la desaparición de los vertederos (destino actualmente del 38% del plástico que se produce en España) en favor del reciclado o la valorización. Pero la gran obsesión del sector es lograr la circularidad del plástico, alcanzar el mismo grado de valor en el residuo que productos como el aluminio, el vidrio o el cartón. Pero alcanzar ese grado de eficiencia con la tecnología disponible es complicado en aún complicado por la gran variedad de materiales, aditivos y colorantes que se añaden a los commodities. En 2019 cobró mucho protagonismo una forma de reciclado distinta al mecánico: el reciclado químico. Este sistema, del que industrialmente se llevaba hablando bastante tiempo, se presenta como una solución adecuada para que el material reciclado tenga una segunda vida segura y económicamente viable. Lo cierto es que muchos actores de muy distinto perfil se han implicado en estos procesos y la industria química lo ve como la solución a todos sus males, especialmente para poder recuperar plásticos cuyo reciclado a día de hoy es legal o técnicamente imposible. En 2020 se seguirá avanzando en esta línea, aunque quedan muchos años para que sea una realidad sensible a nivel comercial.
Datos de reciclado de envases plásticos doméstico
*Más ecodiseño: pero si algo marcará este año al plástico será sin duda la “sostenibilidad invisible”. Aunque hay un importante volumen de proyectos de vanguardia que implican nuevos materiales, o nuevas técnicas de recuperación o mejoras en el compostaje, la realidad es que los cambios que de verdad están transformando al packaging son mucho más silenciosos y más prácticos. Históricamente, la reducción de gramajes ha sido una de las constante del sector con grandes éxitos a sus espaldas en campos muy distintos, una medida que sobre todo beneficiaba el pago de costes asociados, como el “punto verde”. El proceso seguirá en 2020 porque gran parte de los planes anunciados en gran consumo se centran en una drástica reducción del volumen plástico consumido, lo que implica diseños más eficientes para conseguir que con menos material se logren los mismos resultados técnicos. En los últimos años, el subsector de bandejas plásticas está buscando eliminar los colores que crean el “ efecto espejo ” en el producto impidiendo su correcta selección en las plantas de procesado de residuos. También relacionado con las tintas, el mercado del PET verá el próximo año como poco a poco los tonos de las botellas se suavizan con objeto de que el material reciclado no pierda calidad y pueda emplearse sin implicar acabados turbios al envase. En el campo de las etiquetas, los sleeves más opacos tendrán que desaparecer o “ adelgazar ” para que no impidan una correcta selección en las plantas de procesado y, en cumplimento de las directivas europeas, los tapones plásticos deberán permanecer unidos a las botellas para que no contaminen el medio ambiente. Todo son pequeños pasos con un profundo efecto.
* Depósito 2.0: los objetivos planteados desde la Unión Europea para 2030 son extraordinariamente ambiciosos en cuanto a los volúmenes de reciclado que se esperan. Es un gran salto para la industria del plástico, la que tiene unas tasas de recuperación más bajas, pero también es un desafío para industrias como el vidrio o el metal, con tasas superiores al 80%, pero donde el crecimiento de un solo punto porcentual es ya muy complicado. El modelo de gestión de residuos residuos en España liderado por SIG como Ecoembes, Ecovidrio, Sigfito o Sigre, ha tenido una evolución ejemplar, pero dentro de la industria surgen dudas sobre si con los sistemas actuales se podrán alcanzar las tasas y las calidades que se requieren. De nuevo ha vuelto a sonar con mucha fuerza la opción se imponer un Sistema de Depósito Devolución y Retorno (SDDR), despreciado en el pasado por los costes que genera y la dificultad para implantarse en un país con tantísimos puntos de venta como España. Pero las empresas que defienden ahora su implantación exponen que la medida ayudaría sobre todo a conseguir plásticos de mejor calidad, en especial en el campo de PET. Parece probable que en un horizonte cercano se empiece a esbozar un nuevo modelo que hibride ambos sistemas: SIG y SDDR.
* La hora de la reutilización: en 2019 hemos asistido a varios ejemplos de empresas que han apostado por la segunda de las famosas “tres erres”: la reutilización. Con la vista puesta en el supermercado sobre todo, la opción de llevarse la fruta en bolsas traídas de casa (en vez de las de mercado o incluso de papel) se ha empezado a convertir en habitual, de igual forma que hace unos años las bolsas de rafia se impusieron en la compra como solución sostenible. En el caso del canal horeca, parece que la solución “ cantimplora ” para llevarse las bebidas a casa empieza a calar, en especial entre las generaciones más jóvenes. Muchas más dudas genera la propuesta de algunos supermercados de vender alimentos frescos y preparados en recipientes portados por los consumidores debido a su impacto en la seguridad de la cadena alimentaria. Pero la tendencia está clara y beneficia a materiales como el vidrio, el metal e incluso al plástico. Posiblemente la iniciativa más destacada en este sentido ha sido el sistema 'Loop' liderado por TerraCycle, todavía pendiente de llegar a España y que podría ver la luz en nuestro país a medio plazo a la vista del interés que ha generado por los grandes retailers.
* El packaging, nuevo recurso impositivo: los volúmenes de materiales que se necesitan reciclar para generar una economía realmente circular son ingentes. La gran queja de todos los actores implicados en este proceso es que, a día de hoy, se carece de infraestructuras para una gestión eficiente de los mismos, lo que ha sido una de las causas de los aumentos de los precios finales de materiales como el rPET. El desarrollo de las mismas ha movilizado a grandes empresas del sector de gran consumo con planes particulares, pero resulta complejo, por no decir imposible, lograrlo sólo con financiación privada. Desde hace más de un año, la opción de desarrollar impuestos “verdes” está sobre la mesa y en España se han vivido movimientos en esta línea, como se vio hace unos años cuando se estudiaba cómo reducir de forma drástica el uso de bolsas comerciales no reutilizables en algunas comunidades autónomas. En este caso la medida parece que implicará a, como mínimo, Estados y, probablemente, a instituciones supranacionales. En Reino Unido e Irlanda ya ha habido movimientos claros con respecto a la llamada “ latte levy ” que buscan gestionar los envases de un solo uso de todo el café “on the go” que se vende en las islas británicas. Pero la verdadera bomba llegaba a finales del pasado año desde Italia con el primer proyecto de ley que impone impuestos a los envases plásticos, una medida que ha nacido con el rechazo prácticamente unánime de la industria y que fraguará en 2020. Ya en 2018, con el telón de fondo del Brexit, tanto en Reino Unido como en Europa se habló abiertamente de una nueva tarifa para el packaging, sin concretar si se aplicaría en su conjunto o solo a unos pocos materiales, para compensar las desviaciones presupuestarias a ambos lados del Canal de la Mancha una vez se consumase el divorcio. Si la opción prospera, será uno de los aspectos de los que se hable en el año que acaba de comenzar.
Fuente: https://www.alimarket.es/envase/noticia/308317/-de-que-se-hablara-en-la-industria-del-packaging-en-2020---i-#acceder
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